No he conocido personaje más "figurete" que el comentarista deportivo nacido en los programas de Yola Polastry y que hoy es un padre de la Patria. Alberto Beingolea. Un caso especial de niño y que poco a poco, bajo esa apariencia, se fue haciendo visible hasta convertirse en lo que es hoy. Sin la experiencia de un congresista ni político alguno, concede entrevistas y se muestra ducho y enterado en los problemas que afectan al país. Allí donde exista un interés público, allí aparece. Respondiendo con una aparente solvencia. Como queriendo demostrar que es ducho en la materia. Aquí ya no se trata de un simple comentario futbolero. Mostrar frases trilladas y ganarse un "camarazo".
No lo recuerdo en sus inicios, porque jamás noté su presencia infantil en la tele. Con Yola Polastry, adquirió otros ribetes. Me agradaban el Tío Johnny o "Cachirulo", porque presentaban a pequeños artistas cantantes y nos fascinaba oírlos interpretar los temas de moda. Lo otro fue una variación en cuanto a las oportunidades de los niños y más trató la animadora de formarse una imagen propia. Ella era la estrella y todos los demás sus burbujitas. Mi punto de vista es como la de un simple observador de la pantalla chica. ¿Quiere darse este gusto? Cree su propio blog y aventúrese a opìnar. Es magnífico. Los resultados parecerían terapéuticos, por que me hacen mucho bien.
Pero vayamos al tema que nos ocupa. Se trataba en la la televisión de buscar opiniones de los políticos o congresistas , acerca del cambio de otra cárcel dorada para el hermano del Presidente. Ningún guardían de Piedras Gordas, se va a dar el lujo de tratar mal a este prisionero. ¡Estaría loco! Ya sabemos de todas las libertades que se toma el tal "Antauro". Se regaló, antes de que fuera Presidente su hermano, el derecho de eliminar policías y armar una revuelta que no tiene nombre. Según su padre, lo preparó para eso. Me pregunto: ¡No se arrepentirá a lo que condujo a su hijo. De lo que si debe estar orgulloso, si es cierto que los preparó a todos sus descendientes, es el haber logrado que Ollanta Humala, ocupe nuestra actual presidencia gubernamental.
De por si, Alberto Beingolea es un "verborrero". Habla y habla y no dice nada. No pronuncia debidamente como lo debería hacer, ya que se trata de un comunicador social. Me quedo admirado oyéndolo y viéndolo como si se tratara de un personaje de relieve. Sus poses y estilo que son imitación de un personaje argentino del canal "Fox Sport", que sí pronuncia muy bien y comenta con verdadero sentido. Las fotos nos lo muestran tal como él se lo propone. Siempre buscando las cámaras. Debe olvidarse de ellas y pensar en la Cámara que ocupa. Más que crítica es un consejo, porque condiciones para estar donde están "los tres", las tienen.
Acoto que ya son varios los personajes de la radio y la televisión que han ocupado un escaño en el Congreso, sin actuaciones que destacar. Hoy, tristemente en el olvido y cobrando muy bien. Pongo "contra, por siaca...". A veces me lamento haber creado este blog, pero me doy cuenta que se hace necesaria una opinión desde casa, no profesional, que diga lo que siente y a la que los años le han dado suficiente capacidad para corregir. Además, nuestro jefe, es nuestra conciencia. Solitarios y frente a la computadora, nos distraemos cada vez más y sin sentirlo, estamos adquiriendo experiencia y respuestas a lo que decimos y analizamos. Aquí no hay interés ni temor. Dios, lo sabe muy bien. Gracias.
Acoto que ya son varios los personajes de la radio y la televisión que han ocupado un escaño en el Congreso, sin actuaciones que destacar. Hoy, tristemente en el olvido y cobrando muy bien. Pongo "contra, por siaca...". A veces me lamento haber creado este blog, pero me doy cuenta que se hace necesaria una opinión desde casa, no profesional, que diga lo que siente y a la que los años le han dado suficiente capacidad para corregir. Además, nuestro jefe, es nuestra conciencia. Solitarios y frente a la computadora, nos distraemos cada vez más y sin sentirlo, estamos adquiriendo experiencia y respuestas a lo que decimos y analizamos. Aquí no hay interés ni temor. Dios, lo sabe muy bien. Gracias.
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