Carlos Cornejo |
Amanecemos y buscamos las noticias. No es este par de informadores de ninguna manera novato. Ya tienen sus años, pero descuidan mucho la pronunciación, en especial ella que no sabe controlar su volumen de voz y cada vez que termina una frase, ese final es imperceptible. No se entiende y hay tendencia a correr, a terminar rápido y nadie los persigue. En mis tiempos de narrador de noticias por la radio, mi principal crítico era mi familia. ¡Abre la boca! ¡Pronuncia bien! ¡No se te entiende! Por supuesto que molestaba, pero reflexionábamos y cuidábamos no volver a recibir dicha criticas.
Hay otra chica, ya no tan chica, que se llama Verónica Linares. Trabajaba en el 4. Ahora está en el 8 y "corre" demasiado cuando habla. Nadie le llama la atención y somos nosotros, aunque caigamos muy antipáticos, los que por su bien y progreso, nos atrevemos a decirle que articule mejor las palabras. A los vocablos esdrújulos hay que darles su tiempo exacto. En la televisión hay que ser también artistas de la palabra. Y para que los demás compañeros no se aprovechen de mi crítica y gocen con lo que aquí manifiesto, tampoco son buenos locutores y ya los observaremos en este blog.
Volvamos a Carlos Cornejo. El de la barbita y con un parecido a Plácido Domingo cuando caracteriza a "Otelo". Ya había demostrado en una anterior vez que es bueno como entrevistador. Da confianza al invitado y llega con sus preguntas muy puntuales. Me parece muy bien. Gracias a él, la gran mayoría de artistas de América TV., en especial los del programa "Al fondo hay sitio" se han convertido en iconos de la actuación. Tampoco, tampoco. Los de "Risas y Salsa", son históricos y un poco más, leyenda. No hay que exagerar tanto. Fue un programa popular, pero de allí no pasó.
Donde se coronó Carlos Cornejo es en la entrevista a Oscar Avilés. Un desconocimiento total del criollismo y cuando se tocaba con una foto de famosísimos artistas como "Los Morochucos", por ejemplo, el trío mayor que conformó Oscar con Cortés y Ego Aguirre, demostraba estar fuera de foco. Igual pasó con "Fiesta Criolla", el otro conjunto que le dio una connotación especial en el mundo de nuestro cancionero nacional. ¡Qué pena! Y nos causa gracia cuando repite casi siempre su trillada frase: "¡No te lo puedo creer!". En este caso, "zapatero a tus zapatos".
Nadie puede decir que es un mal entrevistador. Es bueno! Lamento criticarlo, pero de las críticas se obtienen buenos resultados. No hay ninguna mala fe en lo que escribo, pero no podemos pasar por agua estas observaciones. De algo servirán. Aprovecho en recomendarle a Milagros Leyva que deje de preguntar al entrevistado, si lo puede tutear. A los congresistas, "padres de la Patria" o personajes de fama mayores en edad que ella, hay que darles su lugar. Ante cámaras, quienes no son sus amigos, merecen todo el respeto y el "Ud.". Y aquí lo dejamos y ojalá no me ardan las orejas. Recuerden que el paso por la televisión es muy efímero. Gracias.